«El mejor instrumento que tiene una familia si no está de acuerdo con los precios es irse al supermercado de enfrente, que probablemente los ofertará en un precio inferior». Tratar a los consumidores como idiotas. Esta es la estrategia del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el socialista Luis Planas, para eludir su responsabilidad de emprender medidas ante las descomunales subidas que vienen produciéndose desde hace más de un año y el elevado porcentaje de incumplimientos de la obligación de congelar los precios de los alimentos afectados por la bajada del IVA.
La frase de Planas, que soltó el 20 de febrero en RTVE en una entrevista con Xavier Fortes en La noche en 24 horas, viene a sintetizar el papel que está teniendo el ministerio que se erigió como responsable del control de los precios en los establecimientos de alimentación para verificar si respetan la obligación de mantenerlos congelados durante al menos cuatro meses —salvo subidas de costes en alguna fase de la cadena—.
Dos meses después de la aprobación del real decreto-ley que impone las bajadas del IVA del 4 al 0% y del 10 al 5% en un buen número de alimentos básicos, el Ministerio de Agricultura no ha hecho público ni un solo dato de los seguimientos de precios que supuestamente viene llevando a cabo desde finales de diciembre su Observatorio de Precios de los Alimentos, cuyo papel hasta ahora era controlarlos en origen.
«La efectividad de esta medida se verificará mediante un sistema de seguimiento de la evolución de los precios», indica el artículo 72 del Real Decreto-ley 20/2022, de 28 de diciembre. Tras un amago de hacerlo desde su cartera por parte de la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, fue el ministerio de Planas el que salió a aclarar a comienzos de enero que se encargaba de ese seguimiento.
No se sabe en cuántos de los casi 24.000 puntos de venta de alimentación que hay en España ha realizado sus análisis el Observatorio del Ministerio de Agricultura. Tampoco sobre cuántos de los miles de productos y marcas afectados por la medida. Ni si los controles se están llevando a cabo cada mes, cada quincena o cada semana. Ni siquiera ha aclarado si comenzó a desarrollarlos a finales de diciembre, lo que resulta imprescindible para saber si los precios aplicados en enero respetaban la repercusión de las bajadas del IVA sobre los de finales de diciembre.
La cuestión es que, teniendo en cuenta las declaraciones que viene realizando el ministro, da la sensación de que su cartera no ha analizado absolutamente nada. Lo que sí ha hecho Planas una y otra vez en defender que las grandes cadenas de distribución están acatando escrupulosamente el real decreto-ley. «Todos los sectores y eslabones de la cadena se han comportado muy bien», dijo el 5 de febrero en su comparecencia en el Congreso de los Diputados. «Me gustaría señalar el papel de la distribución, que ha reflejado muy fielmente lo que desde el punto de vista legal, era obligatorio, la disminución del IVA, pero con un espíritu positivo».
¿De dónde saca el titular de Agricultura los datos para realizar esas afirmaciones? Cada día resulta bastante evidente que se los inventa. O más bien que salen de la única voz a la que Planas presta atención: la de las grandes cadenas de distribución alimentaria. Mientras los análisis realizados por FACUA sobre más de 1.000 precios en ocho grandes cadenas ponen de manifiesto un creciente nivel de incumplimientos, el ministro sufre una ceguera y sordera selectiva cada vez que estos datos trascienden en los medios de comunicación.
En FACUA no vamos a dejar de hacer nuestro trabajo para poner de manifiesto las irregularidades que se están produciendo y exigir a Planas y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que hagan el suyo. Controlar y decir la verdad el primero y abrir investigaciones para evaluar posibles sanciones ante nuestras denuncias el segundo.
Todavía quedan por delante al menos dos meses, posiblemente cuatro, para forzar a las empresas a que cumplan la medida y bajen los precios que han subido ilegalmente. La rebaja del IVA implica una congelación de márgenes de beneficio hasta que finalice abril y, si la inflación subyacente de marzo no baja del 5,5%, se prorrogará hasta que finalice el semestre.
El mencionado real decreto-ley indica que «la reducción del tipo impositivo beneficiará íntegramente al consumidor, sin que, por tanto, el importe de la reducción pueda dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial con el consiguiente aumento de los precios en la cadena de producción, distribución o consumo de los productos».
De los pocos estudios que han trascendido públicamente, ninguno de ellos elaborado por el Gobierno, los llevados a cabo por FACUA son los que abarcan un mayor número de precios. El último, que presentamos el 9 de febrero, abarca 1.020 precios de alimentos afectados por la rebaja fiscal en ocho grandes cadenas de distribución. De ellos, 178, el 17,4%, habían subido con respecto a los que marcaban el 30 de diciembre y una vez descontada la rebaja del IVA. En unos días contaremos qué ocurre con esos precios en marzo.
Así que mientras FACUA ha constatado de forma empírica que casi uno de cada cinco precios en los que está prohibido aumentar márgenes de beneficio han subido, el ministro que ha asumido la responsabilidad de controlar todo esto se dedica a aplaudir a las grandes empresas que aplican esas subidas asegurando que no lo están haciendo. La CNMC, por cierto, sigue sin contestar a las denuncias que venimos presentándole desde enero contra las grandes cadenas de supermercados e hipermercados.
Y Planas no es el único ministro socialista dedicado a cacarear una y otra vez que todo va bien. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, también está planteando el mismo discurso. Lo hace basándose en sus visitas al supermercado: «La compra de mi casa ya refleja esa bajada de los precios», «he visto que en aquellos productos en los que ha bajado el IVA, han bajado los precios», dijo el 8 de febrero, también en el Congreso.
Qué mente tan prodigiosa tiene Calviño, que le permite recordar cuáles eran los precios de cada uno de los productos que compraba en diciembre y hacer un cálculo matemático mientras realiza la compra para resolver que en todos ellos se ha aplicado de forma exacta la rebaja del impuesto.
Pero la titular de Asuntos Económicos no solo se basa en sus propias compras para saber que todo el mundo está acatando la rebaja del IVA. Su principal fuente de información es la más solvente e independiente de todas las posibles: las propias empresas. «Esa es la información que nos transmiten también los grupos de distribución», dijo también durante su comparecencia de hace dos semanas. Los análisis de FACUA no existen en la realidad paralela de Calviño.
Los ministros socialistas del Gobierno han decidido su relato y no están dispuestos a permitir que la cruda realidad se lo desbarate. En España hay mucha competencia, ya podemos comprar más barato y todo dios cumple la ley. Posiblemente, lo decidieron antes incluso de que entrara en vigor la medida del IVA. Así que cuando trasciende cualquier estudio independiente que advierta de un elevado índice de subidas en los precios que deberían estar congelados, optan por mirar hacia otro lado.
Así que según la versión de la parte socialista del Gobierno, todo el mundo está repercutiendo la rebaja del IVA a los precios y los mantiene congelados. Están trabajando para las grandes cadenas de distribución haciéndoles de portavoces intentando limpiar su imagen. Y se ve que además pretenden que con esa medida, que aún cumpliéndose al 100% tendría un impacto muy reducido en el gasto de los consumidores, todos creamos que ya está resuelto el problema de las descomunales subidas que venimos sufriendo desde hace bastante más de un año.
Dicen que intervenir los precios de los alimentos básicos poniéndoles topes, como reclaman FACUA y Unidas Podemos, supondría atentar contra la libre competencia. Es lo que afirmó el año pasado Reyes Maroto. «La competencia es enorme y donde hay competencia el Gobierno no tiene que intervenir», dijo también en septiembre.
Así que ya sabes, vete al supermercado de al lado que allí no han subido los precios. Lo que no nos han aclarado Planas, Calviño ni Maroto es en qué realidad paralela del multiverso está ese supermercado.
Publicado originalmente en Consumerismo.