En Infiltrados, la oscarizada película de Martin Scorsese de 2006, el capitán de la Policía de Boston convence a Leonardo DiCaprio de que simule que abandona la Academia poco antes de su graduación para trabajar como infiltrado en el crimen organizado utilizando como tapadera sus vínculos familiares con él. Lo que no saben es que, en paralelo, el jefe de la mafia irlandesa ha preparado a Matt Damon para que ingrese en la Academia de Policía con el fin de convertirse en su topo dentro del Cuerpo.
Dos semanas después de quedarse sin cuenta de Twitter por incumplir las reglas que prohíben amenazar con publicar información personal, el agitador de ultraderecha Alvise Pérez recurría el pasado 22 de febrero a su canal de Telegram para montarse una de sus películas: «Eduardo Inda ha ordenado publicar mañana en Okdiario cualquier cosa que haga daño a Teodoro García Egea, incluyendo a la mujer y familia de Teodoro, sea verdad o mentira». La publicación no se produjo. Aunque posiblemente, la inmensa mayoría de las casi 50.000 personas que leyeron el mensaje se creyeron el bulo sin tomarse la molestia de comprobar si el exasesor de Toni Cantó les dijo la verdad. Sin duda, muchos también creyeron que Alvise o alguien de su entorno tiene un infiltrado en el digital de Inda. Puede que fuera otra de sus fantasmadas. O puede que exista ese topo. De ser así, se la colaron y lo pusieron en evidencia. Cuesta, de verdad que cuesta mucho asumir que eso haya ocurrido.
A los seis días del anuncio fallido de Alvise, su amigo —de momento— Javier Negre hizo otro desde su cuenta de Twitter: «Viene una crisis de caballo. Agárrense porque todo va a saltar por los aires». Quizás su intención fuese profetizar sobre las consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Se refierese a lo que se refiriese, dos meses después ese tuit se convertiría en pura poesía.
Pero vayamos aún más atrás en el tiempo. Al 27 de noviembre de 2021, justo una semana después de que conociéramos que Marcos de Quinto había inyectado capital en la televisión de Negre tras desechar su idea inicial de invertir en 7NN, otra nueva televisión de ultraderecha. Ese día, Estado de Alarma TV anunciaba su «nuevo fichaje estrella». Borja Jiménez pasaba a ser el subdirector de la cadena. «Seguimos formando y captando talento de otros medios para seguir incomodando a Gabriel Rufián y cia» (sic), tuiteaba Javier Negre.
Jiménez llevaba desde comienzos de 2016 en Okdiario, al que se había incorporado cuatro meses después de su fundación procedente de Radio Intereconomía. Durante dos años fue jefe de Economía del digital de Inda para después pasar a ser su responsable en Andalucía. De repente, el periodista decidía abandonar un diario digital consolidado y sin aparentes problemas económicos para apostar por un medio nacido en plena pandemia como canal de YouTube que la plataforma propiedad de Google había cerrado ya en quince ocasiones por infringir su política de «acoso y amenazas».
Me contó que una mujer lo había llamado para pedirle que publicara el contenido de conversaciones que yo había mantenido con varios amigos y conocidos en un grupo privado de Telegram en el que ella había logrado infiltrarse. No me escribía para anunciarme que iba a publicarlo, sino para explicarme que tenía grabadas las conversaciones telefónicas y que si yo denunciaba, él estaba dispuesto a aportarlas en los tribunales junto a los archivos que la mujer le había enviado por correo electrónico con todo el contenido del chat de Telegram, que incluía fotografías que algunos de mis amigos habían compartido en él de sus hijos y nietos. «No todo vale», me dijo.
La infiltrada acabaría siendo uno de los fichajes de la televisión de Javier Negre. Le dio un programa desde el que lanzó todo tipo de bulos sobre FACUA y sobre mí. Más tarde trascendería que tenía un largo historial de detenciones policiales y que había estado casi tres años en prisión. Tras eso y las demandas judiciales que anuncié contra Negre y su cadena por negarse a rectificar los bulos, el programa se esfumó de su parrilla y la colaboradora solo volvió a aparecer en Estado de Alarma TV para leer los textos de las rectificaciones.
Hasta la fecha he logrado dos condenas contra Negre y en septiembre será el tercer juicio, precisamente por una de las informaciones falsas que se han soltado en su canal sobre ese grupo privado de Telegram al que su ya excolaboradora accedió.
Y ahora, volvamos a Borja Jiménez. El nuevo subdirector de Estado de Alarma TV tan solo duró dos meses en su puesto. El pasado enero, dejaba de trabajar para la cadena y actualizaba su bio de Twitter: «Periodista. Antes en @okdiario y @rintereconomia». Ninguna alusión a su breve paso por el canal de Negre y De Quinto.
A finales de marzo, Borja volvía a actualizar su bio en Twitter: «Director de Okdiario Andalucía». Hoy sabemos que en realidad nunca se fue de allí. «Negre tiene en su pseudo TV mano de obra esclava y empleados que cobran en B«. «Empleados de EDATV sufren ataques de ansiedad por los insultos y la presión de Negre«. «Javier Negre: ‘Ponle a trabajar como un hijo de la gran puta y a final de mes, patada'». Son los tres primeros titulares que ha publicado esta mañana. Y sin duda habrá muchos más.
Negre está viendo su profecía autocumplida. Acaba de empezar a sufrir esa «crisis de caballo» que anunció hace dos meses. En cuanto a su burbuja mediática de la ultraderecha —como la bautizó un seguro que nada incómodo Gabriel Rufián con lo que está contando su «fichaje estrella»—, agárrense porque todo va a saltar por los aires.
Publicado originalmente en El Plural.