«Hay que eliminar ya las subvenciones a las asociaciones de consumidores». Es un tuit de Luis Pineda del 4 de mayo de 2012. Acababan de expulsar a Ausbanc del Registro Estatal de Asociaciones de Consumidores y Usuarios. Era la primera vez que escribía en Twitter la palabra «subvenciones», que desde entonces se convirtió en una constante en el timeline de @LuisPineda_. Aparece en 172 tuits, el último de ellos sólo tres días antes de su detención. Y siempre para presumir de que Ausbanc no las recibía o acusar a aquellas asociaciones que sí lo hicieran de «incompetentes», «acomplejados», «caraduras», «corruptas», «golfos», «zombies», «parásitos», «vividores del cuento»…
«Como siempre, sin subvenciones», tuiteaba y afirmaba a menudo en sus publicaciones, discursos y apariciones en los medios de comunicación el presidente de Ausbanc al exhibir sus eventos, denuncias y éxitos, algunos reales, muchos exagerados e incluso inventados. Presumía de todo lo que hacía por todos nosotros sin recibir subvenciones, a la vez que acusaba a las organizaciones de consumidores de silenciar fraudes, no interponer contra sus responsables actuaciones judiciales, llevarlas a cabo de forma incorrecta o retirarse de ellas a cambio de dinero. Y es que según él, las principales asociaciones -y sobre todo FACUA- estaban a sueldo de la banca, las grandes empresas de distribución, las eléctricas o las compañías de telecomunicaciones, al tiempo que plegadas a los intereses del partido político que gobernase en cada momento y territorio para que les regalasen subvenciones.
Subvenciones. Eran una obsesión para Luis Pineda. Enfurecía al ver a esas organizaciones «caza subvenciones» que recibían dinero público destinado a desarrollar acciones en defensa de los consumidores. Esas subvenciones que quería sólo para él.
Pineda, en prisión incondicional desde este lunes acusado entre otros delitos de fraude en subvenciones, extorsión, estafa y organización criminal. creó Ausbanc en 1986, dos años después de que la Audiencia Nacional lo condenase por las extorsiones y atracos a mano armada cometidos al inicio de esa década como miembro -después líder- de la banda terrorista de ultraderecha Frente de la Juventud. Desde entonces, no sólo ha logrado que una larga lista de bancos y empresas entregasen dinero a Ausbanc en concepto de suscripciones a sus publicaciones, inserción de publicidad y patrocinios de eventos. Durante muchos años, convenció a un buen número de políticos de que su negocio era una «asociación de usuarios» que merecía subvenciones. Millones de euros en subvenciones.
Legislatura tras legislatura, una larga lista de responsables de las políticas protección en consumidor en el Gobierno de España, comunidades autónomas y ayuntamientos mantenían inscrita a Ausbanc en sus registros de asociaciones de consumidores -y con ello sin ánimo de lucro- mientras sus revistas estaban plagadas de publicidad, pagada fundamentalmente por buena parte de la banca, aunque también de empresas otros sectores como las telecomunicaciones, la energía y la filatelia. Y el reconocimiento de Ausbanc como asociación de consumidores abría las puertas a Pineda de sus ansiadas subvenciones.
A comienzos de la década pasada, durante el segundo gobierno de José María Aznar, Pineda halló la fórmula para convencer a los responsables del Instituto Nacional del Consumo (INC) del Ministerio de Sanidad y Consumo de que Ausbanc merecía estar en el registro estatal de asociaciones de consumidores y usuarios (Reacu). Y recibir sus subvenciones. Como la legislación estatal y autonómica de defensa de los consumidores y usuarios prohíbe a las asociaciones de consumidores difundir publicidad comercial, en 2002 creó dos entidades supuestamente distintas, con el mismo nombre pero diferentes apellidos: Ausbanc Consumo (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios), que se presentaba como asociación de consumidores sin ánimo de lucro, y Ausbanc Empresas (Asociación de Usuarios de Servicios Financieros), el negocio que recibía dinero de la banca y otros negocios mediante la inserción de publicidad en sus publicaciones -la revista Ausbanc y el periódico salmón Mercado de Dinero-, la venta de informes y el patrocinio de eventos. Era insultantemente zafio. Pero sorprendentemente, coló. Una resolución dictada por el INC en octubre de 2003 incluía a Ausbanc Consumo en la lista de asociaciones de consumidores merecedoras de subvenciones y le otorgaba 149.527 euros. El negocio de Pineda fue dado de alta en el Reacu el 9 de julio de 2002, el mismo día que Ana Pastor fue nombrada ministra de Sanidad y Consumo, sucediendo en el cargo a Celia Villalobos.
Recién iniciado el gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el INC concedió en 2004 a la «asociación de usuarios» de Luis Pineda una cantidad casi idéntica a la del año anterior, 149.328 euros. Después de esa subvención, no recibió ni un euro más durante las dos legislaturas de ZP. En octubre de 2005, el INC expulsó a Ausbanc del registro por realizar publicidad comercial, una decisión que Pineda logró suspender a base de recursos pero que acabó ratificada por la Audiencia Nacional de forma definitiva en noviembre de 2010.
En 2012, pocos meses después de la vuelta del PP al poder, Ausbanc Consumo volvió a ser inscrita en el registro de asociaciones de consumidores y el INC comenzó a otorgarle de nuevo subvenciones. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad era Ana Mato. En 2012, Ausbanc recibió 112.350 euros del Instituto Nacional del Consumo. En 2013, 108.200 euros.
El Ministerio se desentendió de las quejas de las asociaciones de consumidores -las de verdad-, escandalizadas por la reentrada de Ausbanc en el registro. A través del órgano consultivo del que forman parte las organizaciones que el INC considera más representativas, el Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU). presentaron un escrito argumentando que no había ningún motivo que justificase que un negocio recibiese el tratamiento de asociación de usuarios. Pero los responsables del Ministerio no sólo hicieron caso omiso, sino que permitieron que Ausbanc entrase a formar parte del CCU, con Pineda como consejero.
Fue una denuncia del BBVA -que desde que cerró el grifo del dinero a Pineda fue objeto de una campaña de furibundos ataques por su parte- la que acabó provocando que Ausbanc fuera de nuevo expulsada del Reacu en 2014. El banco aportó un exhaustivo informe sobre sus ingresos y cómo estos implicaban una clara vulneración de la legislación que regula a las asociaciones de consumidores. Desde Ausbanc se negaron a dar explicaciones al INC sobre una serie de oscuras entradas de dinero detectadas en sus cuentas. Y entre las dos Ausbanc había trasvases de elevadas cantidades. Un vistazo a sus cuentas de 2012 permitía comprobar cómo a finales de ese año Ausbanc Consumo tenía invertidos 1,5 millones de euros en Ausbanc Empresas, además de unos 900.000 euros en Estructuras y Servicios Inmobiliarios (la inmobiliaria de Pineda) y otras «empresas del grupo», como las denominaba en sus cuentas anuales.
En cuanto a las subvenciones otorgadas durante los dos primeros años del Gobierno de Rajoy, es un misterio si Ausbanc justificó correctamente todos los gastos.
En 2014, Luis Pineda grabó un vídeo, que distribuyó entre sus «directores, delegados, empledos y colaboradores», donde anunciaba que seguían contando con una entidad pantalla para actuar -de forma evidentemente fraudulenta-, como organización de usuarios: Causa Común, cuya inscripción en el registro estatal había logrado colar en 2011. «Es una herramienta magnífica para cuando nos haga falta», decía Pineda en la grabación. La entidad, un chiringuito dirigido -es un decir- por empleados de Pineda, fue denunciada por FACUA a comienzos de 2015, pero hoy sigue dada de alta en el registro estatal de asociaciones de consumidores y usuarios.
En el vídeo, el propietario de Ausbanc también advertía de que podían valerse de Ausbanc Madrid ya que seguía en el registro de asociaciones de consumidores de la Comunidad -no ha sido expulsada hasta el 19 de abril de 2016-. «¿Es que es malo algo de lo que hacemos? Nada es malo», dice Pineda en un momento del vídeo, donde suelta perlas como «ya somos leyenda» y acusa de «corrupción» a los políticos y funcionarios que habían resuelto su expulsión y con ello la imposibilidad de seguir recibiendo las subvenciones del INC y la prohibición de denominarse «asociación de usuarios», «organización de consumidores» ni nada cualquiera similar.
«No quiero que tiremos ni un cartel», señala Pineda en la grabación, instando así a continuar utilizando la denominación «asociación de usuarios de servicios bancarios», pese a la prohibición que implica la expulsión del Reacu. «Nos hemos ido nosotros porque queríamos irnos. Nadie nos ha echado, que no os engañen. (…) Nadie nos ha pedido que nos cambiemos el nombre. No nos consta», inventaba el propietario de Ausbanc, que durante meses se negó a recoger la notificación del Ministerio y que acabó publicándose en el BOE.
Así que desde su segunda y definitiva expulsión del registro estatal, Luis Pineda ha seguido presentando públicamente a Ausbanc como una «asociación de usuarios», pese a que la ley le prohibía utilizar dicha denominación. El ministerio de Sanidad, ya con Alfonso Alonso al frente, tampoco no ha llevado a cabo ninguna medida para impedírselo. De hecho, ni siquiera la ha anunciado tras la entrada en prisión de Pineda.
Hasta el día de la detención de catorce miembros de Ausbanc y Manos Limpias y la posterior la entrada en prisión incondicional de Luis Pineda y Miguel Bernad, Ausbanc ha seguido dada de alta como asociación de consumidores en distintos registros de ámbito autonómico y municipal. Y recibiendo subvenciones.
Reportaje publicado originalmente en Sabemos.