Apaguemos la oscuridad

Quedaos quietos, cerrad los ojos y dejadnos machacaros. Es por vuestro bien. Durante estos últimos años, hemos sufrido un gobierno que nos ha robado derechos y calidad de vida, con la excusa de una crisis económica diseñada por los mismos que después han ordenado que se recortasen nuestros derechos laborales, la calidad de nuestra sanidad y el acceso a nuestra universidad pública. Los mismos que han ordenado que nos subieran los impuestos que más castigan a los que menos tienen. Los mismos que promueven políticas consistentes en mirar hacia otro lado cuando la banca, las compañías telefónicas y energéticas o las multinacionales automovilísticas nos defraudan.

Han sido años de oscuridad. Nos mintieron. Una y otra vez. La primera, nos prometieron que vender nuestras empresas públicas traería riqueza para el país. Que el teléfono, la luz, el gas y la gasolina serían mucho más baratas. Porque asistiríamos a un desfile de compañías que se esforzarían por darnos productos y servicios de la mayor calidad al mejor precio. Pero las privatizaciones no fueron más que un expolio en el que lo público quedó en manos de bancos, fondos de inversión y gobiernos extranjeros. Y al frente de las que antes eran nuestras empresas pusieron a los amiguetes de quienes nos gobernaban. Fueron privatizaciones y liberalizaciones trampa. Pero todavía insisten en hacernos creer que nos han traído todo tipo de beneficios.

Y nos siguieron mintiendo. Nos metieron en una burbuja. Dejaron que los bancos hincharan el valor de las viviendas, que nos vendieran hipotecas con cláusulas que nadie entendía. Nos aseguraron que la crisis que se avecinaba no existía. Cuando llegó, nos dijeron que no era real. Y cuando la burbuja estalló, se excusaron en que había sido imposible evitarla.

Después llegaron todos esos recortes. Recortes disfrazados de solución para la crisis. Pero una vez más, nos mintieron. Aprovecharon nuestro estado de shock para gobernarnos a través del miedo. Y bajo la amenaza de que si no cedíamos a todo la crisis aún sería más dura, continuaron haciendo el trabajo que empezaron hace décadas. Poner lo público en manos privadas, despojarnos de muchos de los derechos por los que tanto lucharon nuestros padres y abuelos. Y convirtieron la democracia en una pantomima.

Y como muchos no nos callábamos, intentaron recortarnos hasta el derecho a la protestar. Quisieron ponernos una mordaza. Criminalizaron a quienes alzábamos nuestra voz. Nos insultaron. Nos llamaron ladrones. Nos llamaron terroristas. Y mientras, nos robaban y sembraban el terror.

No podemos permitir que la oscuridad arrase con todo aquello por lo que tanta gente luchó. Por lo que tantos dieron sus vidas. No podemos asistir impasibles a más mentiras, a más recortes de derechos. No podemos asumir que mañana, nuestros hijos no puedan estudiar en la universidad porque nuestro sueldo no nos lo permita. No podemos tolerar que la creación de empleo siga consistiendo en trabajos de unas pocas horas, con sueldos de miseria y sin derecho a protestar por el miedo a que nos den la patada.

No podemos permitir que la oscuridad arrase con todo aquello por lo que tanta gente luchó. Por lo que tantos dieron sus vidas.

Somos muchos los que seguiremos vigilantes. Los que no nos dejaremos atemorizar. Los que convenceremos a nuestras familias, amigos y vecinos de que hay que luchar para mejorar las cosas. Una larga lista de movimientos ciudadanos estamos deseando sumar a gente dispuesta a hacer política. A reivindicar el derecho de todos a hacer política desde fuera de los partidos y las instituciones.

Porque no podemos dejar la política en manos de quienes nos han traído la oscuridad y de sus títeres. La política es demasiado importante como para vivir ajenos a ella. La política es la que decide cómo va a ser nuestra vida. Este 26 de junio tenemos la oportunidad de cambiar las cosas. Pero votar no es suficiente. Puede que los que vengan se equivoquen. Puede que los señores de la oscuridad no les dejen hacer todo aquello que necesitamos para recuperar los derechos perdidos. Los derechos robados. Por eso, gobierne quien gobierne, tendremos que estar muy atentos, exigiéndoles que cumplan lo prometido, que rectifiquen todo aquello en lo que se equivoquen y pidiendo responsabilidades cuando actúen de mala fe.

No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando. La frase es de Terry Pratchett, el escritor británico de fantasía autor de la serie Mundodisco. Quizás haga falta que la luz viaje desde todas partes.

Dijo Terry Pratchett que «no importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando». Quizás haga falta que la luz viaje desde todas partes. Que convenzamos a nuestra gente de que ninguno de nosotros podemos permitirnos el lujo de quedarnos quietos, de cerrar los ojos y seguir dejando que nos machaquen. Porque hay mucho en juego. Es nuestra vida. Es la vida de nuestros padres, nuestros hermanos, nuestras familias. Es la vida que tendrán nuestros hijos.

No dejemos que sean otros los que decidan. Porque pueden volver a mentirnos o puede que no sean lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a quienes durante tanto tiempo han manejado los hilos. Esta vez no. Hagámoslo. Entre todos, apaguemos la oscuridad.

 

Publicado originalmente en Consumerismo.