El Tribunal Supremo ha impuesto una multa a Manos Limpias por actuar de mala fe al presentar una querella en la que acusaban de prevaricación a los magistrados de la Audiencia Nacional Manuela Fernández de Prado y Ramón Sáez Valcárcel. Ambos jueces decidieron la absolución de diecinueve acusados en el asedio al Parlament de Cataluña en julio de 2011 en una sentencia que acabó anulando el Supremo.
«Se trata de imputaciones extremadamente graves y carentes de base objetiva», advierte a Manos Limpias la Sala Penal del alto tribunal. «No podemos limitarnos sin más a la repulsa de la querella», señala el auto, fechado el 20 de mayo, sino que hay que «desalentar» ese tipo de prácticas con una sanción (1.500 euros) ya que «es una temeridad con efectos perversos alimentar la sospecha de que se prevarica cada vez que se produce una resolución discrepante con la tesis de una parte y además razonada en derecho y acudiendo a criterios fundados aunque puedan no compartirse».
Solo siete días antes de esta sanción, el Tribunal Supremo reprochó a Manos Limpias que se hubiera querellado «sin sustento alguno» contra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. En la querella, que ha sido archivada, atribuían a Iglesias nada menos que diez delitos, acusándolo de encabezar una «organización criminal» y comparándolo con los asesinos de masas Hitler, Stalin y Pol Pot.
Curiosamente, en la larga lista de dictadores con los que el autodenominado «colectivo de funcionarios públicos» comparaba a Iglesias en su estrafalaria denuncia, no se incluía a Franco. Una omisión posiblemente tan casual como que el magistrado de la Audiencia Nacional contra el que siguió una estrategia de acoso y derribo durante doce años fuese el único que intentó juzgar los crímenes del franquismo, Baltasar Garzón. Su inhabilitación, el principal trofeo de caza de Manos Limpias.
Su fundador y secretario general es Miguel Bernad Remón, un histórico de la ultraderecha española. Fue la mano derecha del político franquista Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva, editorial fundada en 1966 y reconvertida en partido diez años después. Piñar fue uno de los referentes del búnker de empresarios, religiosos y políticos que tras la muerte de Franco intentaron mantener vivos los principios ideológicos de la dictadura y evitar la llegada de la democracia.
«Yo era amigo de Blas Piñar y de la familia. Para mí, don Blas fue un hombre leal a sus ideas. En su día, la Historia lo reconocerá», declaró Bernad a El Mundo en 2005. «Si no hubiera existido una oposición como Fuerza Nueva, llamémosle violenta, a lo mejor la Transición se hubiera hecho de otra manera». La violencia del tardofranquismo incluyó numerosos atentados terroristas, palizas y asesinatos por parte de militantes de Fuerza Nueva y una larga lista bandas de ultraderecha, como el Batallón Vasco Español, los Guerrilleros de Cristo Rey o el Frente de la Juventud, una escisión del partido de Piñar.
Tras la debacle de Fuerza Nueva a comienzos de los años ochenta, en 1986 Piñar la reconstruyó junto a otras formaciones de extrema derecha bajo la denominación Frente Nacional. Miguel Bernad fue su número 6 en las elecciones al Parlamento Europeo de 1987 y acabó ocupando la Secretaría General de la formación hasta su disolución a mediados de los noventa. Bernad también registró en el Ministerio del Interior otro partido, Derecha Española, que nunca tuvo relevancia.
Tras su batacazo electoral y el declive del Frente Nacional, en 1995 fundó Manos Limpias, que dirige desde entonces con el cargo de secretario general junto a su presidente, un título prácticamente honorífico que desempeña Francisco Jiménez Luis, otro destacado franquista.
Aunque lleva años intentando diluir su ideología de ultraderecha, es incapaz de ocultar su ADN franquista. En 2011, en un acto presidido por la bandera preconstitucional, Bernad fue nombrado Caballero de Honor de la Fundación Francisco Franco por «sus servicios en defensa de los ideales del Movimiento», título que le fue entregado por la hija del genocida, Carmen Franco.
Para quitar el olor a naftalina a este «sindicato de funcionarios» sin actividad sindical conocida, a comienzos de esta década Bernad fichó a dos abogadas que asumieron su portavocía en los medios de comunicación: Montse Suárez Abad, desvinculada de la organización desde 2013, y Virginia López Negrete, que continúa en ella.
En los últimos tiempos, en Manos Limpias viene cobrando especial protagonismo uno de los abogados que «colaboran desinteresadamente» con la organización para representarla en sus causas judiciales: Luis Pineda Salido, propietario del holding editorial, jurídico e inmobiliario Ausbanc, que desde hace décadas se ha presentado públicamente como «asociación de usuarios» cuando en realidad es un negocio financiado por la banca y numerosas empresas. A comienzos de los ochenta, Pineda fue el líder del Frente de la Juventud; tiene a sus espaldas condenas por atraco a mano armada durante su etapa al frente de esta banda terrorista de ultraderecha. El año pasado fue condenado por difamación.
También el director de publicaciones de Ausbanc interviene en nombre de Manos Limpias en ruedas de prensa y entrevistas en medios de comunicación. Se trata del abogado Luis Suárez Jordana, que acaba de ser condenado a un año y medio de prisión por estafa, información que adelantó Sabemos.
Bernad, enemigo de la homosexualidad, contrario a la regulación del aborto «en ningún supuesto» y absoluto partidario de la pena de muerte, no tiene el más mínimo pudor en afirmar que cuenta con «topos dentro de partidos políticos» y otras instituciones ni en intentar ajustar cuentas contra todo lo que se mueve presentando denuncias basadas muchas veces en meras conjeturas o invenciones y que se reducen a un copia y pega de informaciones de prensa. Pero la enorme agilidad de Manos Limpias para acudir a los juzgados ante cualquier asunto con notoriedad pública le permite estar presentes en los casos judiciales más candentes: Madrid Arena, Bárcenas, familia Pujol Ferrusola, Noos, Gürtel…
La gran mayoría de las decenas de denuncias que Manos Limpias presenta cada año no son admitidas a trámite. Pero algunos éxitos y las causas por corrupción en las que participa le han permitido obtener credibilidad entre ciertos sectores y una relevancia mediática (alimentada con sus filtraciones a la prensa) que aprovecha para dar visibilidad a las campañas de difamación que orquesta contra personas y organizaciones contrarias a sus ideales. En el punto de mira de Manos Limpias han estado desde Ada Colau hasta Pablo Iglesias, pasando por clínicas abortivas, las argentinas Madres de la Plaza de Mayo, FACUA, un guardia civil gay que solicitó convivir en la casa cuartel con su pareja, el primer párroco católico español que reveló su homosexualidad…
«Ni uno solo de los escritos presentados se ha vuelto contra nosotros», presumía Bernad antes de la sanción del Tribunal Supremo por su temeraria querella por prevaricación contra dos magistrados de la Audiencia Nacional. En cualquier caso, a tenor de la cuantía de la multa, 1.500 euros, no parece que ésta vaya a frenar sus controvertidas prácticas.
El mayor apuro que ha pasado Bernad con la Justicia se produjo en 2012, cuando lo imputaron por presuntos delitos de tentativa de chantaje e intento de estafa relacionados con un caso de corrupción urbanística en el municipio murciano de Totana, pero finalmente no fue condenado.
Defensor de la teoría de la conspiración sobre el 11M, Manos Limpias presentó una querella contra el juez instructor y la fiscal del caso, Juan del Olmo y Olga Sánchez, a quienes acusó de haber destruido pruebas. La Sala de lo Penal del Supremo no sólo no la admitió a trámite, sino que advirtió de que «no sólo carece de todo apoyo técnico-jurídico, sino que sobrepasa de forma manifiesta los límites del prudente ejercicio de las acciones penales y entraña un manifiesto abuso de Derecho y fraude procesal, que pudiera constituir un presunto delito de acusación y denuncia falsas». La Fiscalía interpuso una denuncia contra el «sindicato», pero el juzgado decidió su archivo.
Las motivaciones y argumentos de muchas de sus denuncias podrían resultar hilarantes si no fuera por el trasfondo ideológico que encierran. En 2005, pidió a la Fiscalía de Menores que actuase contra programa infantil de televisión Los Lunnis por mostrar una boda gay. También ha denunciado la píldora Viagra y el color rojo de la bandera de la Comunidad de Madrid.
En 2009, la organización de Bernad denunció ante la Fiscalía a la presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura, Laura Garrido, por un presunto delito «contra la integridad moral» y «corrupción de menores» debido a la celebración de unos talleres para jóvenes donde se abordaron conceptos como «el uso de juguetes eróticos, la masturbación o el placer».
En junio de 2012, Manos Limpias pidió por enésima vez la ilegalización de Bildu al Fiscal y la Abogacía General del Estado aportando «pruebas» tan contundentes como que en el Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por ese partido, se habían negado a recibir a los Reyes Magos y a colocar pantallas gigantes para ver la Eurocopa. Por si no fuera suficiente, advirtió de que la bandera de España colocada en el consistorio estaba «sucia».
Las tácticas difamatorias de Bernad vienen de antiguo. En 1982, cuando era delegado sindical del ultraderechista Frente Nacional del Trabajo desde el puesto de funcionario que ocupaba en el Ayuntamiento de Madrid, fue sancionado por el alcalde, Enrique Tierno Galván, por acusarle a él y a dos concejales de malversación de fondos.
A finales de 2013, Bernad afirmó en una entrevista con la revista Atlántica XXI que no descartaba volver a presentarse a las elecciones aprovechando la notoriedad mediática de su «sindicato de funcionarios».
Ante la celebración de las elecciones de este 24 de mayo ha hecho un amago fallido. Tras haber anunciado su «aval y apoyo» a una alianza electoral entre los partidos de ultraderecha Plataforma por la Libertad (PxL) y Alternativa Española (AES) bajo la denominación Con las Manos Limpias, con fotografía de Bernad incluida en un cartel promocional, el «sindicato» aseguró en su web a finales de febrero que esta formación no lo representa.
Miguel Bernad aseguraba hace año y medio que «hay una gran masa de ciudadanos y un nicho muy importante del electorado que apoyaría a Manos Limpias, llegado el caso».
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Reportaje publicado originalmente en Sabemos.