Y el PP logró el cambio andaluz

Y el PP logró el cambio andaluz

El PP logró el cambio andaluz el 25M. Pero uno muy distinto al del eslogan de la campaña con la que Javier Arenas se presentaba por cuarta vez a la presidencia de la Junta de Andalucía.

Con sólo cien días gobernando España, los populares han sido capaces de dejar tan claras algunas de sus recetas envenenadas para salir de la crisis a los andaluces que la demoledora mayoría absoluta que muchos vaticinaban en Andalucía ha terminado siendo un auténtico fracaso de victoria.

Con la brutal reforma laboral y los primeros recortes en derechos sociales aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy, muchos andaluces han leído las primeras páginas de la agenda oculta del PP, escrita por el capital más salvaje, el mismo que ya dictó las últimas decisiones del PSOE de Zapatero. Y han decidido que hay que ponerles el freno.

Así que el PP ha provocado un cambio de opción en numerosos ciudadanos que habían decidido meses atrás castigar a los socialistas por su prepotencia, su incapacidad o los escándalos de corrupción no votando a nadie, dando su voto a la derecha o apostando por otra derecha que no se define como tal por cuestiones de marketing.

La derecha debería asumir que las Elecciones andaluzas han representado mucho más que un fiasco autonómico que derivará un nuevo Gobierno socialista con el apoyo de ese crisol de las más variopintas izquierdas que representa IU.

Si el Ejecutivo liderado (es un decir) por Rajoy no toma nota, puede que el cambio andaluz se extienda por toda España y se produzca un hace poco insospechado adelanto en el ciclo PP-PSOE al que los españoles hemos sido condenados por quienes realmente toman las decisiones.

Puede que la euforia cegase a los oscuros señores que manejan los hilos provocando que en su hambre insaciable de dinero y poder hayan ido demasiado rápido en su proceso de destrucción del Estado de Bienestar que nos costó décadas, y a muchos sangre, conseguir.

O puede que en este nuevo experimento de evolución del capitalismo hacia su lado más salvaje carezca de gran importancia no lograr el poder absoluto para quienes en esta fase del ciclo son sus favoritos.

Todavía podemos evitar ese futuro que parece ya escrito. Quienes luchamos por nuestros derechos desde la sociedad civil tenemos, más que nunca desde el inicio de la democracia, la responsabilidad de provocar un cambio.

Y no un simple cambio de gobierno que traiga de nuevo a otro partido para seguir trabajando al dictado de los poderes financieros. Sino un cambio en las formas de gobernar, obligando a quienes salen de las urnas a tomar decisiones escuchando a los ciudadanos y no sólo al capital.