«¿Y si nos inventamos que Rubén Sánchez es un pedófilo? Lo demás no funciona, pero así nos lo cargamos seguro»

En el último año, el abogado y empresario Luis Pineda, propietario de Ausbanc, ha inventado todo tipo de infamias para intentar hundir mi reputación y la de la organización de la que soy portavoz. La repercusión de lo que saqué a la luz sobre él en uno de los capítulos de mi libro DEFIÉNDETE de #101fraudes ha dado lugar a que emprenda una de las mayores campañas de difamación contra un periodista que se han producido en España.

Pineda ha publicado decenas de artículos en sus periódicos con el único fin de difamarnos a FACUA, a mis compañeros, a mi familia y a mí. Ha dedicado su cuenta de Twitter casi en exclusiva a insultarnos y calumniarnos a través de cientos de tuits e incluso ha invertido miles de euros en llenar las calles de varias ciudades de carteles publicitarios con una caricatura de mi cara para hacer creer que soy un delincuente perseguido por la justicia.

Muchas de las acusaciones de Pineda son un calco de las que viene recibiendo él mismo desde que en 1986 creó Ausbanc, un negocio que se hace pasar por asociación de consumidores. Asegura que extorsiono a empresas para que me den dinero a cambio de no denunciarlas, que FACUA no es más que un chiringuito creado para enriquecer a mi familia y que nuestros socios no existen. También ha dicho que si aparezco tanto en distintas cadenas de televisión es porque el BBVA las presiona para ello con el fin de evitar que sea Ausbanc la que ocupe ese espacio. Incluso ha publicado que mi cuenta de Twitter es una herramienta al servicio de Hollywood, porque al parecer cada vez que lanzo un tuit para comentar una película recibo dinero de los bancos de inversión que dominan las grandes productoras estadounidenses.

Lo que dice es tan grotesco que cualquiera que lea sus artículos y sus mensajes en Twitter pensará que son la obra de un obseso demente. Tanto él como su entorno no dudan en entrar en las conversaciones que mantengo en Twitter con otros usuarios para darles a conocer mis supuestas actividades mafiosas. Y cuando le contestan, les profiere todo tipo de insultos, como también los lanza a los periodistas que vienen publicando la verdad que se esconde tras el oscuro negocio Ausbanc, que en los últimos meses ha sido expulsado del registro estatal de asociaciones de consumidores al destaparse, entre otras irregularidades, que tiene invertidos casi 600.000 euros en una inmobiliaria presidida por el propio Pineda.

Ya he interpuesto dos demandas judiciales contra Luis Pineda y Ausbanc, a las que en breve sumaré una querella. Curiosamente, Pineda ha llegado a tuitear una foto mía en los juzgados para hacer creer que era yo el denunciado, cuando en realidad lo era él.

Su obsesión por acabar conmigo no tiene límites. Y como lo demás no funciona, ahora le ha llegado el turno a sugerir que soy un pedófilo.